Espero sea de vuestro agrado.
EL
GLOBO VANIDOSO
Érase
una vez un globo que estaba triste y aburrido en una tienda de chucherías. Un
buen día, un padre cariñoso decidió comprarlo para que jugase su amado hijo con
sus amiguitos. Los niños estaban muy contentos y no paraban de decir:
-¡Mira qué globo tan bonito! ¡Es de
múltiples colores! Qué divertido es jugar con él - se lo pasaban de unos a
otros en medio de risas y de jolgorio.
El globo comenzaba a sentirse
importante, porque era el centro de atención de todos los pequeñuelos. Uno de
los chiquillos lo lanzó con fuerza, y éste acabó posándose en una de las ramas
de un hermoso árbol y pensó:
“¿Quién
necesita a esos críos tan tontos para divertirse? ¡Son tan poca cosa comparados
conmigo! Ahora tengo otro amigo mucho mejor. El árbol es mucho más grande que
ellos, además me acaricia con sus verdes hojas, y me cobija entre sus fuertes
ramas.”
Enseguida apareció un hermoso
pájaro, que le propuso viajar con él a países lejanos montado sobre sus alas y
pensó:
“¿Quién necesita a ese árbol tan
aburrido para divertirse? ¡Es tan poca cosa comparado conmigo! Ahora tengo otro
amigo mucho mejor, que vuela raudo y veloz y que me llevará a conocer lugares
lejanos y apasionantes.”
Tras varias horas de vuelo, el
pájaro agotado, decidió descansar. El viento Sur comenzó a soplar y el globo
pensó:
“¿Quién necesita a un pájaro tan
débil para divertirse? ¡Es tan poca cosa comparado conmigo! Ahora tengo otro
amigo mucho mejor, que me hará viajar mucho más rápido y a mayor altura. Porque mi nuevo amigo el viento, no se cansa
jamás.”
Y comenzó a volar y volar...
El globo, henchido de vanidad y
prepotencia, se sentía el dueño del Universo y no paraba de repetirse:
“¡Que hermoso soy! ¡Tengo unos colores
tan bellos!, y ¡puedo volar sobre ríos y montañas! ¡Soy tan ligero! ¡Tengo tanta
gracia en mis movimientos!”
Y subió tan alto, tan alto, que
llegó hasta el Sol, y pensó:
“¿Quién
necesita a un amigo tan alocado para divertirse? Siempre de aquí para allá sin
rumbo fijo. ¡Es tan poca cosa comparado conmigo! Todos quieren jugar conmigo.
Pero yo soy mucho mejor que ellos. ¡Todos son tan poca cosa comparados conmigo!
Pero ahora sí, ahora he encontrado un nuevo amigo: el Sol, el astro rey del Universo.
Él sí me merece como amigo, además me dará calorcito y con su potente luz, hará
que brillen infinitamente mis hermosos colores. Todo el mundo me verá y
admirará. ¡Soy tan bello! ¡Soy como un enorme astro multicolor! Me venerarán todas
las criaturas de la Tierra.
¡Todos son tan poca cosa comparados conmigo!- repetía una y otra vez.
Tan entusiasmado estaba engordando
su enorme ego, que no se percató de que se estaba acercando demasiado al Sol y
que tan sólo era un globo de goma. Se
acercó tanto y tanto para lucir con el astro rey, que uno de los rayos emanados
por éste le quemó haciéndole un agujero, por el que comenzó a perder aire de
una forma vertiginosa. Comenzó a descender y descender hasta caer al suelo.
El que fuera bello globo de colores,
habíase convertido en un trocito de goma arrugada que pasaba inadvertido para todo el mundo. Ya no le querían ni el viento, ni el
pájaro, ni el árbol, ni los niños... y acabó en un vertedero de basura, donde
nunca más nadie le prestó atención.
¡Era tan poca cosa comparado con los
demás!
Moraleja:
Si sólo te preocupas por engordar tu ego y los demás sólo sirven a tus
intereses, la vida tarde o temprano te devolverá olvido y soledad
El ego, siempre el ego, a veces pequeñas cosas nos manifiestan más que lo que creemos que es nuestra imagen.
ResponderEliminarMe encanto tu cuento.
Querido amigo Moli, me entusiasma que el cuento sea de tu agrado.
EliminarUn ego desproporcionado se torna en nuestro peor enemigo, haciéndonos creer que vivimos en un pedestal inexiste, del que más tarde o más temprano caeremos, dándonos de bruces con la cruda realidad.
Un fuerte abrazo.