Hoy en día los niños pasan poco tiempo con sus padres, la mayoría de las ocasiones por motivos laborales.
Olvidamos que los pequeños necesitan nuestra compañía, en mayor medida que los bienes materiales.
Espero que os guste.
EL ABUELO
Hoy es domingo y la señora rubia ha venido a despertarme; me ha dicho que
voy a pasar el día en casa de mi mejor amigo, Sergio.
-¿Dónde está el abuelo?
- El abuelo se ha ido al cielo, Pablo.
- ¿Al cielo? ¿Sin despedirse?
- Dormías profundamente y no quiso despertarte.
- Pero… Hoy íbamos a desayunar churros con chocolate y a jugar al fútbol.
La señora rubia,
se ha sentado sobre mi cama y ha retirado el cabello de mi frente.
- Pablo, el abuelo se puso malito anoche y se ha ido al cielo. Ahora está
con la abuela.
El abuelo decía, que el cielo es un lugar mágico, donde se puede viajar
cabalgando sobre un cometa y jugar al escondite con la luna. Me contaba que la
abuela vigilaba nuestro sueño y que
cantaba canciones de cuna sentada sobre una estrella.
Sergio vive dos calles más abajo. Su papá ha venido a buscarme. Es muy
alto y le gusta jugar al baloncesto. Nos enseña a encestar el balón, colocando
la canasta más abajo, para que podamos alcanzarla. La mamá de Sergio ha hecho
galletas de mantequilla para desayunar, y nos ha preparado cola-cao en esas
tazas de los Lunnis, que tanto nos gustan.
Como hacía mucho calor, hemos ido a la playa. El papá de Sergio nos ha
comprado un helado de dos bolas. Sergio le ha pedido de nata y chocolate, y yo
de fresa, doble. La mamá de Sergio es muy buena cocinera y ha preparado para
comer una deliciosa tortilla de patatas y unos filetes empanados, como los del
abuelo. Después, hemos ido a bañarnos. A Sergio le han enseñado a nadar sus
papás; a mí, me enseñó el abuelo. Decía que nadaba como un pez.
Pasamos un día estupendo. Ya en casa, después de cenar, hemos jugado a
las adivinanzas.
- Pablito, tus papás han venido a buscarte.
Así es como llaman a la señora rubia y al señor de la corbata. ¿Qué
significa ser papás? No sé muy bien lo que es eso. Los papás de Sergio le
llevan de vacaciones, le ayudan con las tareas del colegio y juegan con él. A
mí, mis padres me compran juguetes. Casi no los conozco. Siempre están
trabajando o en viaje de negocios. Ni siquiera saben que me gustan el helado de
fresa y los macarrones.
El abuelo es muy divertido; cantamos, jugamos a la pelota, al escondite y
comemos chuches. Cuando vamos de
paseo por el bosque, me enseña a conocer el nombre de las plantas y de las
flores. Dice que hay una planta que se llama manzanilla, que sirve para quitar
el dolor de barriga. Me cuenta cuentos de duendes y de hadas de la naturaleza,
y siempre me besa antes de dormir. Cuando cocina tortilla francesa, le pone
lunares con salsa de ketchup, y me
narra el cuento de la tortilla que tenia sarampión. ¡Cuánto te quiero, abuelo!
La señora rubia me lleva a la cama, porque es hora de descansar.
- ¿Me cuentas un cuento antes de
dormir?
- ¿Un cuento? El abuelo me los contaba cuando era niña, pero hace tanto
tiempo, que los he olvidado. Mañana, te compraré un libro de cuentos precioso.
Ahora duérmete, Pablito.
- ¿Quién me llevará al colegio?
- Durante unos días te llevará la mamá de Sergio, hasta que encontremos a
una canguro. Ya sabes que papá y yo tenemos que trabajar para que tengas muchos
juguetes.
Cuando la señora rubia se ha ido, me
he levantado a mirar por la ventana. Hay muchas estrellas esta noche. El abuelo
me enseñó a conocerlas por su nombre. Decía que cuando parpadean es que nos
hacen guiños. Aquella grandota se llama Eta Carinae, y me está guiñando un ojo.
Le tiro muchos besos y sueño que, desde el cielo, el abuelo me cuenta un
cuento.
FIN
Precioso María, cuanta dulzura generas con tus relatos. Mi niño interior agradecido.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo de niño mimoso.
Muchas gracias, Moli; me alegra que la lectura te haya transportado a la más tierna infancia.
ResponderEliminarUn abrazo y beso maternales.